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Dificultades, libertades y posibilidades

Actualizado: 30 abr

Según el Centro por los Derechos Reproductivos de Estados Unidos, 130 países permiten el aborto en ciertas circunstancias y 67 en cualquier caso.


¿Por qué es tan difícil aceptar el aborto?

El asunto radica en la ideología de las personas. En Colombia, como en el mundo, hay variedad de opiniones que no saben cómo encajar en un país, ni el país sabe adaptarlas. El sector que más se opone a la realización del aborto es el conservador, ligado a la iglesia. Se entiende entonces que es un asunto de fe ligado a que esta práctica comete un pecado.“No matarás” enuncia el quinto mandamiento. 


El estado colombiano es laico, lo que quiere decir que hay variedad de religiones en las cuales el ciudadano tiene la opción de elegir, algunas veces las personas adoptan la religión de su familia u opta por alguna otra, pero en cualquiera de los dos casos se ve influenciado por sus creencias. Según Claudia Avendaño se debe entender que “el ser humano no está libre de las condiciones culturales en las que está inmerso, de las creencias que tiene. Muchas personas pueden decir:  este es idiota (por tener alguna inclinación en cierto tema),pero no. La fe no es idiota, es personal , es íntima”. El respeto se configura como parte importante al escuchar al otro, entendiendo que sus ideas van en concordancia con un consenso personal que la persona tiene con su crianza y contexto, algo así como la fe, personal e íntimo. La imposición, por otro lado, es irrespetar lo tan íntimo del otro, que usted mismo defiende y proclama porque sea escuchado.


Lo mismo ocurre con los médicos que, como cuenta Juan Guillermo Londoño, apelan con la objeción a la conciencia, diciendo que no están capacitados desde su posición personal de valores para realizar una práctica como el aborto. La libertad se configura entonces al momento de elegir estar en pro o en contra del aborto, sin embargo, da vía libre a quienes deseen realizarlo como a quienes no, como se puede ver con la objeción de conciencia en la medicina. Sin embargo, Sandra Mazo,  coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), advierte que la objeción de conciencia no es un derecho institucional, “hay una gran barrera que hemos notado en estos 14 años. Es la llamada objeción de conciencia institucional que no existe en los derechos en Colombia. En el reconocimiento de derechos si existe la objeción de conciencia, pero es un derecho individual y desafortunadamente… Esto ha hecho que por prejuicios religiosos o por convicciones morales particulares muchas veces a las mujeres se les niegue la garantía de este derecho”.


Un tema subterráneo, nunca a la luz de la discusión

Según Ramón Arturo Maya, el tema siempre se trató como un asunto de pecado, entonces no se encontraba en la agenda ciudadana. Ciertamente hay grupos defensores del aborto y otros que no, por lo que ya es parte de la agenda ciudadana en cuanto a la discusión. Sin embargo, no hay una voluntad política para abordar de manera clara en debates fuertes a nivel de congreso y escenarios de prensa en términos de aborto. El historiador señala de igual forma que “el tema es una cortina de humo y la clase política y ejecutiva van a tocar el tema cada vez que se necesite que la gente voltee los ojos para otro lado” 


Tampoco la idea se orienta hacia poner el aborto en términos de radicalización, en el país históricamente, como lo afirma Maya, no hay escenarios de diálogo, investigación o estudio. El  aborto se asume como algo biologizado de manera muy polarizada, hay descalificaciones y agresiones. Y Mazo, de CDD, apoya esto. Según ella, la decisión no es para que todo el mundo esté contento, sino para garantizar el derecho de las mujeres, “es lo que pasa con todas las leyes en este país, a algunos les gusta y otros que no les gusta. Lo que hay que mirar y hacer es pedagogía social que va más allá que nos guste o no nos guste”.


Asimismo, afirma que el despenalizar el aborto no se hace con la idea de convertirlo en un método anticonceptivo como lo ven algunos, sino, por el contrario se hace con el fin de “que el estado en que la sociedad asuma políticas de prevención, que se garantice la educación sexual y reproductiva y, además, se permita el acceso a métodos anticonceptivos de manera gratuita y universal. Entonces, hablar de la despenalización del aborto implica una cantidad de elementos que ayuden a que las mujeres incluso no tengan que llegar a esta situación, o sea, el aborto que sea una cosa extrema”.


La relación que tiene la sociedad colombiana con el aborto no es una relación seria, ciudadana, planificada que haya involucrado actores como la educación, el legislativo, ejecutivo y medios de comunicación. No hay aportes significativos de ninguno de estos entes. Además, Maya manifiesta que “la sexualidad es de educación en el hogar que pasa por el ejemplo y en el colegio se replica en términos de ejemplo, trato y buena relación. Los medios de comunicación no ayudan tampoco, así que banalizan las cosas y hacen de los chicos, hombres y mujeres objetos”. Siendo así, la educación no ha dado un aporte significativo, los docentes no tienen formación, los directivos menos y los estudiantes necesitan mucho aprendizaje.



Todos los caminos llevan a Roma

En todas las sociedades, varias figuras debido a su legitimidad frente a la ciudadanía, ocupan un lugar importante en los momentos de debates álgidos. En el caso del aborto, son muchas voces las que se levantan en diferentes tonos y timbres para aportar al tema. El aborto resulta siendo una discusión formada por distintas aristas que difieren o concuerdan pero convergen en una sola solución frente a la raíz del tema: la educación.


Lo que se piensa normalmente es que el ser humano pasa por varios procesos de formación en su vida. Usualmente, el recorrido que  conforma la educación en el país va de la siguiente forma: primero familia, después la educación secundaria y por último, la universitaria. Sin embargo, en algunas sociedades esta sentencia no es aplicable a todos los habitantes del país, en Colombia por ejemplo las brechas sociales y económicas son muy grandes, por lo que no todos tienen acceso a educación de calidad y el conocimiento que se les transmite no va de acuerdo a lo que pasa alrededor.


Claudia Avendaño, concuerda que la educación es lo que se aprende desde casa, en el entorno de la infancia. Además, plantea que hay que ser abiertos para escuchar al otro, entenderlo y hablar con el. De esta forma, se miran aspectos que nunca se habían mirado antes. Ahora bien, lo que pasa con la sociedad es que se dice que se puede aprender de los errores pero, ni siquiera, se puede hablar de ellos, hay que ocultarlos. “Nuestra sociedad no es una sociedad abierta y cuando digo abierta es aprender del otro. Uno aprende de analfabetos, uno aprende de campesinos, uno aprende de eruditos, uno aprende de genios, uno aprende de gente común que no sé quién es y aprendo de gente que sí sé quién es, aprendo de personas que quiero y están en mi entorno familiar o afectivo y aprendo cosas que yo no conozco, pero la única manera de aprender es abrir nuestro corazón y me refiero es abrir el corazón que nos permita tener una capacidad de escuchar”.


La sociedad necesita educación sexual y educación de diálogo. Así como Avendaño lo plantea, quien escucha termina de alguna manera viendo otras perspectivas, no anulándolas. Sin embargo, hay quienes afirman que el fallo no se debe solo a la educación. Según Walter Agudelo Ceballos, psicólogo especialista en terapia cognitiva, quien afirma que “es y no es un fallo del sistema de educación. Hay algo hay que tener en cuenta y es a qué se deben los cambios de pensamiento. Yo pienso que esto hace parte de un efecto bumerán… Hoy el feminismo en ese proceso igualitario les está diciendo a las mujeres que si quieren tener relaciones sexuales no hay problema, si los hombres pueden ¿ustedes por qué no? Pero hay una diferencia y es si esa mujer está preparada para no quedar embarazada”.


Y es que aunque se diga que en el sistema educativo hay fallas en la educación sexual, lo cierto es que desde diferentes entes gubernamentales (al menos en Antioquia) se han realizado campañas para que las mujeres tengan la información necesaria. Según Gloria María Soto, psicóloga con experiencia en la Interrupción Voluntaria del Embarazo, desde la Secretaría de la Mujer de Antioquia se desarrollan proyectos como la Línea de Mujer Sana que busca informar sobre los derechos sexuales y reproductivos, además, de también formar a los profesionales de la salud con respecto a los procedimientos de aborto.


Ahora bien, Avendaño señala que los debates políticos y judiciales se basan en estructuras sociales que revelan lo que somos socialmente, por lo que es inevitable preguntarse ¿qué somos los colombianos socialmente? “Nos muestra que somos una sociedad que no ha madurado. Seguimos siendo sectarios, o sea, nos matamos por el color de la corbata, porque eres de Medellín o Nacional porque apruebas el aborto o no, ni siquiera te pones a pensar que hay un punto medio”. Hay que entender que un tema tan debatido como el aborto, se debe de mirar y no dictaminar como si fuera algo negro o algo blanco, sabiendo que de un color al otro hay una escala de matices a las que se debe de acudir para poder entender el tema de una forma integral, todas las personas parten de experiencias totalmente diferentes relacionadas a un mismo tema, el aborto.


Según Soto, con respecto al aborto la situación es complicada debido a que ciertos magistrados son pro-vida, “es un derecho individual, no es un derecho colectivo, no son los legisladores quienes tienen que ver con el derecho individual, por eso la decisión es de las mujeres”. Además, Mazo comparte esta afirmación que aunque esto puede ser un problema es algo normal. “Seguramente si despenalizan el aborto así como nos ha planteado en la corte habrá sectores que no estarán a gusto con esa decisión. Pero es que esto no es una decisión para que todo el mundo esté a gusto, en esto es una decisión para garantizar derechos”.


El aborto es un tema que genera malestar tanto en lo político como en lo social, pero no es un tema de ganar o perder electores, la pregunta es ¿usted tiene una hija, tiene una esposa, una mujer a quien ama y corre el riesgo de quedar en embarazo por una violación? ¿Qué haría entonces: la apoyaría en su decisión o solo le impondría lo que debe hacer? La mujer es autónoma de tomar sus decisiones y, como se dijo al principio de este reportaje, son las mujeres quienes tienen el hilo de la vida en las manos, ellas tejen, construyen y cortan. 

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