Un homenaje a mi tío, mi Papá y mi abuelo en el Día de Muertos
- Valentina C. Villada
- 1 nov 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 abr
Queridos lectores,
Siguiendo con la temática del Día de Muertos, quiero compartirles la carta que les escribí a tres personas que ya no están físicamente, pero que siguen acompañándome en cada recuerdo y en cada rincón de mi vida. Estas pérdidas no han sido fáciles de sobrellevar, y quienes me conocen saben cuánto me han marcado. Pero recordarlos siempre me llena de una mezcla de tristeza y alegría, porque a través de mis palabras, ustedes también podrán conocer a estos hombres maravillosos que tanto significaron para mí.
A continuación, les comparto mis palabras dedicadas a cada uno de ellos:

Sebas era alguien de espíritu libre y aventurero, amante de la cultura mexicana, el folclor, y los momentos de unión familiar. Fue él quien me enseñó a apreciar las tradiciones, y recuerdo con cariño cómo un año decidió hacer un altar de Día de Muertos. Me enseñó que honrar a nuestros ancestros era algo hermoso, una manera de mantener vivo su recuerdo.
Sebas, han pasado muy pocos meses desde tu partida, pero aún se siente como si hubiese sido ayer. Te extraño más de lo que puedo expresar y sé que nunca te olvidaré. Trabajo día a día para seguir todas las lecciones que me enseñaste en vida, y siempre llevaré tu amor y tus enseñanzas en mi corazón. No estábamos listos para perderte tan pronto, pero la vida es impredecible, y nos toca enfrentar todo lo que se nos presenta, recordando siempre la fortaleza y el optimismo que tú mismo nos enseñaste.

Mi papá era la mezcla perfecta entre ternura y firmeza, alguien que siempre tenía las palabras precisas para guiarme y ayudarme a ser la persona que soy hoy. Con él aprendí lo que significa el verdadero amor y sacrificio, la entrega sin condiciones. Papá siempre nos amó a todos por igual y nos lo hacía sentir, aunque todos decían que yo era la luz de sus ojos.
Papi, me haces falta cada día, en cada paso que doy. En los momentos difíciles, cierro los ojos e imagino que aún estás aquí, dándome un abrazo y recordándome que todo estará bien. Te extraño, y me duele pensar en todos los sueños que nos quedaron por vivir juntos. Espero seguir siendo un orgullo para ti. Gracias por darme esa figura paterna que nunca habría podido encontrar en mi padre biológico; aunque seas mi abuelo, eres el único que realmente merece que le diga "papá", y así será siempre. Tu amor y ejemplo siguen conmigo, más vivos que nunca.

Mi abuelo era el hombre más cariñoso y sobreprotector con sus nietas. Al crecer junto a él, aprendí la importancia de cuidar a los mayores y lo hermosa que es esa experiencia. Siempre me decía que debía comer más porque estaba muy flaca, aunque tampoco entendía cómo era que comía tanto sin subir de peso. Siempre fue mi protector, un hombre adelantado a su época porque, aunque en mi familia no era costumbre disciplinar con "pelas" cuando nos portábamos mal, él le decía a mi mamá que si alguna vez me pegaba, él mismo me llevaría a la comisaría a poner una denuncia por maltrato.
Papito, te extraño y te amo profundamente. Estoy inmensamente agradecida de haberte tenido tantos años en mi vida, pues sé que no todos tienen esa fortuna. Te agradezco por cada enseñanza, y te llevo conmigo siempre, a donde sea que vaya. Tu recuerdo vive en cada rincón de mi corazón.
Espero que estas palabras les permitan conocer un poco de ellos y que su recuerdo siga vivo entre nosotros. Estas tres figuras dejaron huellas imborrables en mi vida, y aunque ya no estén, su amor sigue siendo una guía en cada paso que doy.
Con cariño,
Valentina C. Villada.
コメント