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Una feliz Navidad, a pesar de todo

Actualizado: 30 abr

Alguna vez escuché decir que en cada luz había algo de oscuridad, y hoy lo entiendo. Este año he logrado grandes cosas a nivel personal y profesional: conocí la ciudad de mis sueños, creé mi propio espacio para escribir, empecé mi primer libro y di mis primeros pasos en el mundo de las inversiones. Sin embargo, el vacío que siento por la ausencia de mi abuelo, mi papá y mi tío nunca me deja.

Esta Navidad seguí las tradiciones: compré los regalos para todos, asistí a las novenas familiares, encendí las velas el 7 de diciembre y las de la corona de Adviento. Pero aunque intenté encontrar la gracia en cada uno de esos momentos, fue difícil. Todo lo hago en homenaje a ellos, porque fue su enseñanza, su legado, lo que me guía cada diciembre. Aun así, ha sido un desafío seguir adelante en este mes que tanto amaban.


Y es aquí donde reside el verdadero significado de la Navidad: no en la ausencia ni en el vacío, sino en el amor que permanece a pesar de todo. En cada tradición hay un eco de quienes ya no están, pero también una invitación a seguir compartiendo, a amar más fuerte y a construir nuevos recuerdos que honren su memoria.


Hoy, mientras las luces iluminan nuestras casas y el calor de la familia nos envuelve, quiero recordar que no estamos solos. La Navidad es un momento para abrazar la vida, incluso con su mezcla de alegrías y nostalgias. Es un recordatorio de que siempre hay esperanza, incluso en los días más oscuros, y que el amor trasciende el tiempo y la distancia.


Les deseo una Feliz Navidad, llena de luz, gratitud y amor. Que este cierre de año nos permita valorar lo que tenemos y recordar con cariño a quienes nos acompañaron y dejaron huella. Sigamos adelante, con fe y corazón abierto, construyendo un nuevo año lleno de significado.


Con cariño,

Valentina C. Villada.

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